sábado, 25 de abril de 2009
jueves, 9 de abril de 2009
Carta abierta a los estudiantes de la Adolfo Ramón Bello
De ninguna manera resigno estas líneas para acercarles unas simples felicitaciones por los resultados electorales, las que seguramente ustedes descuentan. Prefiero materializar esas felicitaciones en el análisis que hago de la situación que ustedes han provocado y que se necesita desarrollar como proceso de cambio en la Facultad, la UNR y en el pueblo. Un proceso que oriente la Universidad hacia el pueblo, desde el pueblo y para el pueblo.
Si existe una referencia ineludible que debe tenerse en cuenta para juzgar el accionar de quienes pretendemos cambiar esta realidad, es la aprobación del pueblo sobre lo que hacemos. Esto es lo que dicen los votos que en las urnas no terminan de asombrar hasta ustedes mismos.
Esta conclusión no surge de una valoración de los actos electorales en sí mismos, sino que es producto del análisis de la situación contextual que produjo dicho resultado, las condiciones cualitativas que ustedes pusieron en juego para el logro cuantitativo, traducido en votos. La particularidad de las apreciaciones que se hacen para “la Bello”, se fundamentan en la particularidad que la diferencia, su práctica política.
Es sabido que “la Bello” no realizó una campaña electoral centrada en los criterios conocidos como la construcción de un “aparato”, tal como es habitual en los partidos burgueses. Antes, se dedicó a interpretar los anhelos del estudiantado, como por ejemplo, el trato humano hacia los hijos del pueblo.
Fueron los que alzaron la voz de todos los que se indignaron con la represión y la discriminación hacia los hijos del pueblo, los chiquitos que venden chucherías para tener las monedas que garantizan el pan de sus hogares. Pero no solo eso, llevaron la lucha hasta las últimas consecuencias y bregaron por un accionar unitario, transparente, democrático y colectivo.
Muchos, aun con buenas intenciones pero, con metodologías equivocadas, caen en el juego electoral de la cultura burguesa del todo vale. Asimismo, otros conciben la unidad sin plantear el programa ni el instrumento para ejecutarlo.
Las reacciones hostiles ocultan la ineficacia de una concepción de lucha que, en la práctica solo viene teniendo fracasos tras fracasos y ahora, solo después del 2001, empieza a demostrarse que se trata de una metodología incorrecta.
Este proceso nuevo que ustedes han decidido encarnar, puede considerarse una tendencia, viene ocurriendo en la UBA y también se expresa en la UNR: el surgimiento de agrupaciones estudiantiles claramente anticapitalistas pero independientes de los partidos políticos. Esto es un hecho, no una especulación.
Dicha situación puede verse aparentemente como un retroceso. Sin embargo, el pueblo en general rechaza las prácticas habituales del sistema político-electoral actual y no hace grandes diferencias respecto de cada una de esas estructuras. Esto es otro hecho y tampoco es especulativo.
Muchos creen inocentemente que una pequeña dosis de mercantilismo político (tome y daca) es inevitable para crecer. Ello es algo absolutamente falso, cualquier logro que se alcance por ese medio produce un efecto “genético” en la organización, una tendencia que inevitablemente comienza a desarrollarse con la propia organización o en su defecto, inhibe su desarrollo. Depende de la ideología que manifieste en su discurso político y la práctica que desarrolla.
“…Se corre el peligro de que el árbol impida ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etc.) se puede llegar a un callejón sin salida…”
De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Ese instrumento debe ser de índole moral…” (Che Guevara).
Cualquiera de los efectos derivados de la incursión en la práctica política burguesa, son nefastos para el pueblo que sigue postergando la construcción de un instrumento político adecuado. Es verdad que no podemos cambiar el sistema político electoral todavía, pero no estamos impedidos de modificar nuestra práctica política, por otra más moral. Al menos debemos ser capaces de ejercer la calidad institucional que fijan las normas de la burguesía., como por ejemplo, la presencia de todas las fuerzas en el escrutinio, sin matones ni violencia, de ningún tipo.
Sin embargo, no es menos cierto que la autocrítica sea algo bastante inusual en las fuerzas políticas, forma parte del individualismo, eso todavía es un logro de la guerra psicológica desplegada por las fuerzas contrarrevolucionarias que derrotaron al pueblo, cuya expresión política es el golpe de estado de 1976.
El cambio de práctica política que ustedes demostraron es lo que explica la cantidad de votos que recibieron y los lugares de donde provinieron. Depende ahora de ustedes si se van a hacer cargo de los anhelos de cambio que los estudiantes depositaron, y en ese caso, deben saber que el camino es duro y a la vez apasionante. Pero tienen la estrella que los guía y el puño del pueblo, una combinación invencible para construir la nueva sociedad.
“…La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Este se hace sentir no solo en la conciencia individual, en los que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter de este período de transición, con persistencia de las relaciones mercantiles…” (Che Guevara).
La práctica política permite ir vislumbrando que la masa no está atrasada como muchos piensan, sino que todavía no se logra la construcción política que la masa exige para depositar su confianza. Los votos asignados a “la Bello”, seguramente tienen que ver con el ejemplo de humildad, honestidad, lucha, estudio y compromiso que han validado los votantes. Si casi todos coincidimos que están dadas las condiciones objetivas para el cambio resulta obvio que la tarea fundamental es la subjetiva y para ello, resultan determinantes no solo los valores humanos individuales sino la conducta de la organización, cosas que se aprecian en la práctica política.
Los estudiantes que los votaron, priorizaron lo cualitativo a lo cuantitativo, característica esencial del inicio de un verdadero cambio. La aceptación de “la Bello”, forma parte de una tendencia muy incipiente todavía pero que, se viene desarrollando con una dinámica significativa y la experiencia de Humanidades refuerza dicha tendencia que se viene perfilando también, como cambio social en el pueblo.
De ninguna manera esta época es igual a los ´70 ni a ninguna otra época, sin embargo guarda similitudes con los procesos de los `60, cuando el cambio social empezó a percibirse, como ahora.
Luego, la contrarrevolución burguesa imperialista aplastó el proceso pre-revolucionario que experimentaba el pueblo hacia los ´70. La única razón que cabe para explicar la ferocidad del terrorismo de estado desatado en la Argentina es el valor estratégico que tiene nuestro país para el sistema capitalista mundial.
Ello indica la tamaña tarea que tendrá el pueblo para conseguir pleno empleo y vida digna. Sin embargo, la experiencia revolucionaria del proceso político antes mencionado y el desastre a que nos ha conducido el capitalismo parecen ser argumentos sólidos para volvernos a plantear el socialismo.
Aún entre quienes desean el socialismo, la mayoría no está prestando atención a la forma de la organización, aceptando a-críticamente formas organizativas concebidas para otros fines y circunstancias históricas. En el mejor de los casos se centran en el contenido, sin embargo todos sabemos que la cuestión es dialéctica, contenido y forma son una unidad.
Se desatiende el problema del instrumento para movilizar a la masa en pos del contenido. Cuando en verdad, sobre este último hay suficientes coincidencias.
Luego, ante el fracaso originado en pésimas caracterizaciones se culpa a la conciencia del pueblo, cuando en realidad, no se ofrecen instrumentos adecuados para que el pueblo se exprese y sea protagonista de ese cambio, sobre el que hay abundantes coincidencias.
En la búsqueda de culpas ajenas para justificar la incapacidad propia, hay partidos políticos que se dicen populares que han llegado a pedir la cárcel para compañeros revolucionarios como Mario Roberto Santucho. Es imposible construir un instrumento nuevo sobre ese ejemplo de lo peor de la conducta humana, la delación de un compañero o compañera de la clase, por más diferencias que se tengan, es un crimen.
Para culminar este humilde saludo y sintiendo orgullo por lo nuevo que está naciendo en nuestra Facultad, les dejo otra frase del Che, extraídas junto con las otras citas, de una carta enviada por Guevara al Semanario Marcha de Montevideo, en marzo de 1965. Texto conocido como “El socialismo y el hombre en Cuba”.
“…El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente sentimos el aliento cercano de quienes nos pisan los talones…” (Che Guevara).
Con un gran afecto.
Si existe una referencia ineludible que debe tenerse en cuenta para juzgar el accionar de quienes pretendemos cambiar esta realidad, es la aprobación del pueblo sobre lo que hacemos. Esto es lo que dicen los votos que en las urnas no terminan de asombrar hasta ustedes mismos.
Esta conclusión no surge de una valoración de los actos electorales en sí mismos, sino que es producto del análisis de la situación contextual que produjo dicho resultado, las condiciones cualitativas que ustedes pusieron en juego para el logro cuantitativo, traducido en votos. La particularidad de las apreciaciones que se hacen para “la Bello”, se fundamentan en la particularidad que la diferencia, su práctica política.
Es sabido que “la Bello” no realizó una campaña electoral centrada en los criterios conocidos como la construcción de un “aparato”, tal como es habitual en los partidos burgueses. Antes, se dedicó a interpretar los anhelos del estudiantado, como por ejemplo, el trato humano hacia los hijos del pueblo.
Fueron los que alzaron la voz de todos los que se indignaron con la represión y la discriminación hacia los hijos del pueblo, los chiquitos que venden chucherías para tener las monedas que garantizan el pan de sus hogares. Pero no solo eso, llevaron la lucha hasta las últimas consecuencias y bregaron por un accionar unitario, transparente, democrático y colectivo.
Muchos, aun con buenas intenciones pero, con metodologías equivocadas, caen en el juego electoral de la cultura burguesa del todo vale. Asimismo, otros conciben la unidad sin plantear el programa ni el instrumento para ejecutarlo.
Las reacciones hostiles ocultan la ineficacia de una concepción de lucha que, en la práctica solo viene teniendo fracasos tras fracasos y ahora, solo después del 2001, empieza a demostrarse que se trata de una metodología incorrecta.
Este proceso nuevo que ustedes han decidido encarnar, puede considerarse una tendencia, viene ocurriendo en la UBA y también se expresa en la UNR: el surgimiento de agrupaciones estudiantiles claramente anticapitalistas pero independientes de los partidos políticos. Esto es un hecho, no una especulación.
Dicha situación puede verse aparentemente como un retroceso. Sin embargo, el pueblo en general rechaza las prácticas habituales del sistema político-electoral actual y no hace grandes diferencias respecto de cada una de esas estructuras. Esto es otro hecho y tampoco es especulativo.
Muchos creen inocentemente que una pequeña dosis de mercantilismo político (tome y daca) es inevitable para crecer. Ello es algo absolutamente falso, cualquier logro que se alcance por ese medio produce un efecto “genético” en la organización, una tendencia que inevitablemente comienza a desarrollarse con la propia organización o en su defecto, inhibe su desarrollo. Depende de la ideología que manifieste en su discurso político y la práctica que desarrolla.
“…Se corre el peligro de que el árbol impida ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etc.) se puede llegar a un callejón sin salida…”
De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Ese instrumento debe ser de índole moral…” (Che Guevara).
Cualquiera de los efectos derivados de la incursión en la práctica política burguesa, son nefastos para el pueblo que sigue postergando la construcción de un instrumento político adecuado. Es verdad que no podemos cambiar el sistema político electoral todavía, pero no estamos impedidos de modificar nuestra práctica política, por otra más moral. Al menos debemos ser capaces de ejercer la calidad institucional que fijan las normas de la burguesía., como por ejemplo, la presencia de todas las fuerzas en el escrutinio, sin matones ni violencia, de ningún tipo.
Sin embargo, no es menos cierto que la autocrítica sea algo bastante inusual en las fuerzas políticas, forma parte del individualismo, eso todavía es un logro de la guerra psicológica desplegada por las fuerzas contrarrevolucionarias que derrotaron al pueblo, cuya expresión política es el golpe de estado de 1976.
El cambio de práctica política que ustedes demostraron es lo que explica la cantidad de votos que recibieron y los lugares de donde provinieron. Depende ahora de ustedes si se van a hacer cargo de los anhelos de cambio que los estudiantes depositaron, y en ese caso, deben saber que el camino es duro y a la vez apasionante. Pero tienen la estrella que los guía y el puño del pueblo, una combinación invencible para construir la nueva sociedad.
“…La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Este se hace sentir no solo en la conciencia individual, en los que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter de este período de transición, con persistencia de las relaciones mercantiles…” (Che Guevara).
La práctica política permite ir vislumbrando que la masa no está atrasada como muchos piensan, sino que todavía no se logra la construcción política que la masa exige para depositar su confianza. Los votos asignados a “la Bello”, seguramente tienen que ver con el ejemplo de humildad, honestidad, lucha, estudio y compromiso que han validado los votantes. Si casi todos coincidimos que están dadas las condiciones objetivas para el cambio resulta obvio que la tarea fundamental es la subjetiva y para ello, resultan determinantes no solo los valores humanos individuales sino la conducta de la organización, cosas que se aprecian en la práctica política.
Los estudiantes que los votaron, priorizaron lo cualitativo a lo cuantitativo, característica esencial del inicio de un verdadero cambio. La aceptación de “la Bello”, forma parte de una tendencia muy incipiente todavía pero que, se viene desarrollando con una dinámica significativa y la experiencia de Humanidades refuerza dicha tendencia que se viene perfilando también, como cambio social en el pueblo.
De ninguna manera esta época es igual a los ´70 ni a ninguna otra época, sin embargo guarda similitudes con los procesos de los `60, cuando el cambio social empezó a percibirse, como ahora.
Luego, la contrarrevolución burguesa imperialista aplastó el proceso pre-revolucionario que experimentaba el pueblo hacia los ´70. La única razón que cabe para explicar la ferocidad del terrorismo de estado desatado en la Argentina es el valor estratégico que tiene nuestro país para el sistema capitalista mundial.
Ello indica la tamaña tarea que tendrá el pueblo para conseguir pleno empleo y vida digna. Sin embargo, la experiencia revolucionaria del proceso político antes mencionado y el desastre a que nos ha conducido el capitalismo parecen ser argumentos sólidos para volvernos a plantear el socialismo.
Aún entre quienes desean el socialismo, la mayoría no está prestando atención a la forma de la organización, aceptando a-críticamente formas organizativas concebidas para otros fines y circunstancias históricas. En el mejor de los casos se centran en el contenido, sin embargo todos sabemos que la cuestión es dialéctica, contenido y forma son una unidad.
Se desatiende el problema del instrumento para movilizar a la masa en pos del contenido. Cuando en verdad, sobre este último hay suficientes coincidencias.
Luego, ante el fracaso originado en pésimas caracterizaciones se culpa a la conciencia del pueblo, cuando en realidad, no se ofrecen instrumentos adecuados para que el pueblo se exprese y sea protagonista de ese cambio, sobre el que hay abundantes coincidencias.
En la búsqueda de culpas ajenas para justificar la incapacidad propia, hay partidos políticos que se dicen populares que han llegado a pedir la cárcel para compañeros revolucionarios como Mario Roberto Santucho. Es imposible construir un instrumento nuevo sobre ese ejemplo de lo peor de la conducta humana, la delación de un compañero o compañera de la clase, por más diferencias que se tengan, es un crimen.
Para culminar este humilde saludo y sintiendo orgullo por lo nuevo que está naciendo en nuestra Facultad, les dejo otra frase del Che, extraídas junto con las otras citas, de una carta enviada por Guevara al Semanario Marcha de Montevideo, en marzo de 1965. Texto conocido como “El socialismo y el hombre en Cuba”.
“…El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente sentimos el aliento cercano de quienes nos pisan los talones…” (Che Guevara).
Con un gran afecto.
Rafael Guerrero
Prof. Currículum y Didáctica
Formación Docente
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