Es necesaria una cierta dosis de ternura para comenzar a andar con tanto en contra, para despertar con tanta noche encima. Es necesaria una cierta dosis de ternura para adivinar, en esta oscuridad, un pedacito de luz, para hacer del deber y la vergüenza una orden. Es necesaria una cierta dosis de ternura para quitar de enmedio a tanto hijo de puta que anda por ahí. Pero a veses no basta con una cierta dosis de ternura y es necesario agregar... una cierta dosis de plomo. SUBCOMANDANTE MARCOS

MuSiCa

miércoles, 29 de octubre de 2008

¡Libertad a los seis presos políticos paraguayos en huelga de hambre!







Desde mayo del 2006, los campesinos paraguayos Arístides Vera, Roque Rodríguez, simeón Bordón, Basiliano Cardozo, Agustín Acosta y Gustavo Lescano, todos ellos militantes del Partido Patria Libre de Paraguay, están detenidos en la Argentina, pedidos en extradición para ser acusados por el secuestro y el asesinato de la hija del ex presidente paraguayo Raúl Cubas Grau.
Las organizaciones populares (de DD HH, políticas, sociales y estudiantiles) de la Argentina, sostenemos que estos compañeros son víctimas de múltiples injusticias: por un lado son acusados de un crimen que no cometieron (no hay pruebas en su contra); por el otro, el gobierno argentino elude su responsabilidad con estos hombres injustamente perseguidos.



Hoy día se encuentran detenidos en el penal de Marcos Paz y llevan casi 70 días en huelga de hambre luchando por su libertad y para obtener asilo político en nuestro país. Ni siquiera la cercania de la muerte de estos compañeros ha sensibilizado a la justicia y al gobierno de Cristina de Kirchner, quien mientras alardea sobre los derechos humanos le niega el derecho al asilo, reconocido en todos los tratados internacionales a los que el estado argentino adhiere.



Vale recordar que es la misma justicia argentina que dió asilo al general golpista Lino Oviedo, responsable del crimen que se les imputa a estos seis militantes populares y de la muerte de numerosos luchadores sociales durante los trágicos sucesos del Marzo Paraguayo.



Tras el fallo de la corte suprema del día 21 de octubre del 2008 que ordena la extradición de los 6, solo resta una instancia política entre los mandatarios de ambos gobiernos para la resolución del conflicto. Por esto mismo responsabilizamos al gobierno nacional por la suerte que corra de aquí en más la vida de estos compañeros paraguayos en lucha.

miércoles, 8 de octubre de 2008

CUANDO HUMANIDADES SE PUSO LA GORRA

Fuera el resguardo patrimonial de humanidades
































































Para legitimar la puesta en marcha de seguridad privada en las puertas de nuestra facultad empezó a volar (en abril/mayo) el fantasma de la inseguridad. Ante la evidente falta de consenso entre el conjunto de la comunidad universitaria el fantasma se hizo mediático:
“Aseguran que en Humanidades fuman marihuana y tienen sexo en los baños” o “Escándalo en Rosario: sexo y marihuana en la universidad”
“La directora de la carrera de Arte, Susana Echeveste, …aseguró a radios locales que, pese a no haberlos presenciado personalmente, a los hechos sexuales en la casa de estudios “sí los vieron otros docentes. Otros docentes y alumnos que no se quisieron identificaron ratificaron las denuncias públicas y ratificaron que los hechos sexuales se produjeron en varias oportunidades “en los baños”. (La capital 20 de mayo de 2008)

Desembarca la SISEG al módico precio de 1.230.000 al año, se viola la autonomía universitaria, se restringe el libre acceso a la facultad y ponen un monigote uniformado como en los tiempos de la dictadura.

El estudiantado claustro mayoritario pero infra representado en el consejo directivo (que aprobó la seguridad con su mayoría automática de levantamanos rentados) se opuso masivamente a la presencia de la Vigilancia Privada con múltiples asambleas.
Como vieron que era imposible convencernos, que las asambleas eran cada vez más numerosas, y que estábamos dispuestos a frenarlos, nos cerraron la facultad en nombre de la libertad la democracia y la legitimidad del consejo directivo.

ESTUVIMOS UN MES SIN CLASES.

Aún así seguimos de pie, y para demostrar que no los estudiantes no nos oponemos por oponer aprobamos, junto con las “autoridades” de la facultad un plan TRANSITORIO, con el resguardo patrimonial en la puerta.
Ese plazo YA SE VENCIÓ y no hay noticias… el "resguardo patrimonial" ha cometido toda clase de atropellos, entre los que se cuenta la hazaña de pegarle a un pibe de 10 años... al parecer son sólo daños colaterales...

FUERA YA EL RESGUARDO PATRIMONIAL!

CRONICAS DE MAYO DEL 69, UN ANTICIPO DEL ROSARIAZO





La muerte de Adolfo Ramón Bello derivó en protestas que empezaron a poner en jaque al gobierno de Onganía

por Mirta Sellares y Leónidas Cerutti.


El 28 de junio de 1966 el general Juan Carlos Onganía destituyó al presidente Arturo Ilia al mando de la autotitulada 'revolución argentina', que desde el inicio proscribió a los partidos políticos, clausuró sus locales e incautó sus bienes, y decretó una serie de medidas represivas. Con los años la 'revolución prometida' mostró su verdadero rostro al irse profundizando la crisis económica y la creciente acción represiva ante la lucha del pueblo. Con las universidades intervenidas, el movimiento estudiantil organizó la protesta a través de marchas, asambleas, tomas de facultades y el surgimiento de los 'actos relampago' que, como forma de evitar la represión, comenzaron a realizarse con frecuencia.

Luego de los sucesos de corrientes, donde fué asesinado el estudiante Cabral, en las facultades rosarinas el clima era de tensión creciente. Esto motivó que el 16 de mayo de 1969 el rector Cantini suspendiera por 3 dias las clases. Este hecho movió a los estudiantes a reunirse en el comedor universitario, lugar donde esa misma noche se realizó una asamblea y posteriormente una marcha por las calles céntricas.

Al día siguiente 400 estudiantes se reunieron frente al comedor universitario, que estaba ubicado en corrientes 797, entonando la consigna 'acción, acción, acción, por la liberación'. Lanzaron volantes e hicieron estallar algunos petardos y se manifestaron frente al Banco Alemán Transatlantico.

Inmediatamente comenzó la represión de la policía con armas en la mano. Un grupo de estudiantes, perseguidos por la policía, corrió por la calle Corrientes hacia el sur y dobló por Córdoba. Desde calle Entre Rios aparecieron más policías disparando sus armas. Los estudiantes y decenas de sorprendidos transeúntes quedaron encerrados. Muchos de ellos ingresaron ala galería Melipal, que tenía una sola boca de entrada y salida, por lo que nuevamente quedaron atrapados a merced de los guardias. Los agentes ingresaron al edificio y reanudaron la golpiza. La gente trató de evitar la lluvia de golpes mediante súplicas, llantos y alaridos. En medio de la confusión sonó un disparo. Cuando la policía se replegó quedó en el suelo, con la cara ensangrentada, el cuerpo de Adolfo Ramon Bello, quien horas más tarde falleció.

Los días 18,19 y 20 de mayo se sucedieron una serie de actos relámpago, concentraciones, marchas de silencio, denuncias de testigos y abogados.

Tambien comenzó a funcionar l olla popular organizada por la CGT de los Argentinos y los estudiantes con el fin de suplir el cierre del comedor universitario y con el aporte de vecinos.

El lugar donde cayó baleado Bello estaba permanentemente cubierto con flores. La unidad obrero-estudiantil de los años sesenta comenzaba a gestarse.


Marcha de silencio y Muerte

Para el miércoles 21 se hizo un llamado 'a todo el estudiantado y al pueblo de Rosario a la marcha de homenaje a los compañeros caídos'. Convocaba el Comité de Lucha de Estudiantes de Rosario y la CGT de los Argentinos. La concentración era en la plaza 25 de Mayo y la manifestación culminó frente al local de la CGT, en Córdoba 2060, donde hablaron Raimundo Ongaro y algunos estudiantes. Horas antes de la anunciada marcha del silencio de ese 21 de mayo, la zona céntrica parecía una fortaleza policial. Carros de asalto, patrulleros, autobombas, carros hidrantes, guardias de infantería o a caballo patrullaban permanentemente; y se exhortaba a la desconcentración mediante megáfonos. A pesar del aparato intimidario, los estudiantes comenzarona congregarse. La infantería de policía empezó a lanzar gases lacrimógenos para desconcentrar a los estudiantes, quienes respondían con piedras, se dispersaban y volvían a reagruparse y en improvisadas columnas trataban de marchar. La policía repartía bastonazos y continuaba arrojando gases. Los jóvenes armaban barricadas con maderas de las obras en construcción, desde los edificios les arrojaban papeles y comenzaron a encender fogatas que aumentaban minuto a minuto.

A lo largo de varias horas los manifestantes y las fuerzas represivas se enfrentaron por las calles céntricas. Tras una verdadera batalla campal, entre tres mil y cuatro mil manifestantes coparon el centro con la colaboración efectiva de los vecinos. La zona comprendida entre Ur-quiza y Mendoza por el rumbo norte-sur y Maipú y Moreno por el este-oeste, presentaba
el aspecto de un campo de guerra con grandes fogatas y barricadas en muchísimas esquinas. La policía se había replegado hacia la Jefatura. Una columna de manifestantes avanzó desde Córdoba y Corrientes hacia el oeste. En la intersección de calle Italia se producen nuevos incidentes. Cuando llegan los escuadrones de caballería, un grupo intentaba tomar el rectorado, otro salía de la emisora LT8 y un tercer grupo se estaba dispersando hacia calle Dorrego, abandonando la idea de ocupar la Jefatura de policía. A pocos metros de LT8 cayó
abatido por un balazo en la espalda el adolescente Luis Norberto Blanco, un empleado metalúrgico de 15 años que intentaba huir corriendo de la represión policial. A pesar de ser atendido por el médico Aníbal Reinaldo, falleció a los pocos minutos. La bronca creció y desde las dos de la mañana el poder Ejecutivo Nacional decretaba a Rosario 'zona de emergencia',
bajo control del Ejército.

El balance del conflicto

La cifra de detenidos ascendió a 89 y la Gendarmería se encargó de patrullar la ciudad.
Las centrales obreras ratificaron el paro del viernes 23. La protesta continuó. Fue realmente
impactante la columna de más de siete mil personas en el sepelio de Blanco durante un trayecto de 8 cuadras. En los Talleres Ferroviarios de Pérez dos mil obreros paralizaron sus tareas por la suspensión de varios delegados. Faltaban pocos días para que el país se conmoviera con el Cordobazo. La lucha antidictatorial continuó y en Rosario se marchaba hacia
la gran huelga ferroviaria que desembocó en el segundo Rosariazo.

Nota aparecida en el diario El Ciudadano. Domingo 27 de Mayo de 2007. Página 9.

martes, 7 de octubre de 2008

Manifiesto Liminar - Reforma Universitaria 1918

La juventud argentina de Córdoba

A los hombres libres de Sud América


Manifiesto de la F. U. de Córdoba


Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos. Las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario -aún el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se crea así mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra ese régimen y entiende que en ello lleva la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad en un hogar de estudiantes no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia.
Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudios es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo sólo ha venido a probar que el mal era más afligente de lo que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria, ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en tornos de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza, es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo, la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son -y dolorosas- de todo el continente ¿Qué en nuestro país una ley -se dice- la ley Avellaneda, se opone a nuestros anhelos?, pues reformar la ley que nuestra salud moral lo está exigiendo.
La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elevación de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulante o comprado. Hay que dejar que ellos mismo elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante sólo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.
La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos.
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Universitaria de Córdoba cree que debe hacerle conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes, se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuanta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la Asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector explotaban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la universidad. Otros -los más- en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad. Religión para vencidos o para esclavos). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma de la represión, de la ignorancia y el vicio. Entonces vimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra, el derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección del rector terminará en una misma sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmaremos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueran leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, por la ley, aún no existe rector de esta universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones publicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de “hoy para ti y mañana para mí”, corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, encerradas en la repetición de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerro sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su placida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayo a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces, cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los mas crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A ello se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: “Prefiero antes que renunciar que quede el tendal de cadáveres de estudiantes”. Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria! Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide, exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su Federación, saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que se inicia.


Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, Presidentes.
Gumersindo Sayago, Alfredo Castellanos, Luis M. Méndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Molina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Ángel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende, Ernesto Garzón.

LA BELLO JUNTO A LOS OBREROS DE LA CONSTRUCCION


"Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad". Bertold Brecht.